Durante el el mes de Junio hemos asisitido a un endurecimiento de las condiciones financieras por parte de los bancos centrales con rápidas subidas de tipos de interés, lo que ha provocado caídas en las valoraciones en los mercados de renta variable y ampliación de los diferenciales de crédito. En EEUU los tipos han subido 180 pbs en 2022, y en Europa se han anunciado subidas, ya descontadas por los mercados, para la primera semana de julio (0,25%) y otra en septiembre, cuyo alcance no se desveló y que dependerá de la evolución de la inflación. Los índices de renta variable en EEUU y Europa han caído por encima del 8,5%, Japón un 3,25% y China, por el contrario, ha recuperado un 9,62% en el mes. La razón de esta subida es que tanto el relajamiento de restricciones por COVID como la implementación de un paquete de políticas y medidas para estabilizar la economía han provocado una aceleración de la recuperación de la economía del país.
Las caídas de la renta fija, como consecuencia de la ampliación de los diferenciales de crédito, han sido muy importantes este mes, sobre todo en la renta fija de alto rendimiento, con caídas por encima del 6,5% tanto en EEUU como en Europa. Los bonos emergentes cayeron alrededor el 4,5%, la renta fija corporativa cerca del 3% y los gubernamentales un 2% en Europa y un 1% en EEUU.
El dólar vuelve a situarse a final de mes en 1,0485 respecto al euro, con una subida del 2,38% (8,5% en el año), lo que se explica en parte por las subidas de tipos de interés en EEUU, ya que los inversores se inclinan por comprar activos en USD con mayor rentabilidad frente a otras inversiones menos seguras y/o con menor rentabilidad. Por otro lado, la fortaleza del dólar debilita el poder adquisitivo de las economías de la Eurozona, ya que todo lo que importan va a ser más caro y provoca el aumento de las presiones inflacionistas.
El oro cae un 1,64% en el mes, de forma que el año entra en terreno negativo. Esta caída del oro es consecuencia de la subida del USD y de los rendimientos de los bonos del Tesoro, que siguen su marcha ascendente. A pesar de la preocupación por la inflación, que suele apoyar el precio del oro, las expectativas de nuevas subidas de tipos para combatir el alza de los precios presionan al USD al alza y reducen el atractivo del oro.
La mayor parte de analistas preveen que bajarán tanto las previsiones de crecimiento como de beneficios en los próximos meses, por lo que deberían de ajustarse a la baja las valoraciones. Los efectos en la renta variable deberían ser próximos en el tiempo. Sin embargo, en renta fija, por fin tenemos mejores rentabilidades y diferenciales de crédito, que pueden ayudar a generar algo de rentabilidad en las carteras. En EEUU, las subidas de tipos frenarán la demanda y ralentizarán la economía, pero probablemente se consiga mantener la inflación a niveles del 4% a finales del año. En línea con lo explicado respecto a la bajada de beneficios de las empresas, consideramos que todavía no están plenamente descontadas en el mercado y pueden suponer mayores caídas en los mismos. El equilibrio entre subir tipos para frenar la inflación (de doble dígito en España) y la consiguiente ralentización de la economía, que podría bordear la recesión, va a ser complicado de gestionar por parte de los bancos centrales, que van por detrás de la economía desde hace tiempo.
Consideramos que, tras varios años en los que hemos mantenido las carteras sin apenas renta fija, y con una proporción de liquidez muy importante en las carteras como contrapeso al riesgo de renta variable, se acerca el momento de retomar las compras de renta fija, con la liquidez preparada para aprovechar las oportunidades en renta variable, mientras mantenemos las estrategias no correlacionadas con el mercado, además del oro.