La renta variable tuvo dos comportamientos muy diferenciados la primera y la segunda mitad de mes. Durante la primera parte del mes, el S&P500 alcanzó los 3.329 puntos, una subida de casi 3%, pero posteriormente las noticias relacionadas con el coronavirus le llevaron a perder las ganancias y acabó cerrando el mes flat. En el caso de Europa y los demás índices, el patrón fue el mismo, solo que las caídas de final de mes supusieron cerrar enero en negativo: Eurostoxx 50 -2,78%, Japón -2,14% y los emergentes -4,69%.
En cuanto a la renta fija, los bonos gubernamentales tanto europeos como americanos subieron, demostrando cómo los inversores se volcaron buscando seguridad, y también se revalorizó el oro (+4,27%). Curiosamente, los bonos corporativos y emergentes también repuntaron, aunque en menor medida que los gubernamentales.
El USD subió un 1% y la libra esterlina también, aunque más suavemente, un 0,37%, a la espera del desarrollo del Brexit, cuya primera fase por fin se inició el 31 de enero.
A mediados de enero se firmó la primera fase de acuerdo comercial entre EEUU y China, que consistió básicamente en un alto al fuego. De momento, este acuerdo inicial obliga a China a incrementar sus compras en sectores específicos. Este acuerdo no es necesariamente bueno para el resto de países, porque todo lo que se compra en China, se deja de comprar en otros mercados. Otro de los efectos derivados de esta negociación es que los acuerdos bilaterales comerciales ganan importancia en detrimento de los acuerdos comerciales internacionales de comercio, como el WTO (World Trade Organization).
El malestar social en Hong Kong, Francia y la situación iraní tras el asesinato del comandante jefe de las fuerzas armadas, Qasam Soleimani, no afectó demasiado los mercados. Sin embargo, el estallido del coronavirus sí afectó a los mercados en la segunda mitad del mes.
Los datos macro del 4Q2019 en EEUU muestran signos de ralentización, y en Alemania, el IFO y los datos de nuevas órdenes y producción industrial tampoco fueron buenos.