Durante el mes de abril, EEUU ha tenido una fuerte revalorización tras la aprobación de la ley de rescate de 1,9 Bn de USD, llevando a subidas del S&P500 de 5,24% y del Nasdaq de 5,40%, mientras que el índice europeo creció más modestamente, alrededor del 1,5%. Japón cayó un 1,25% en el mes, contra el resto de los mercados, ante los crecientes temores a restricciones adicionales frente al Covid-19. La renta fija repuntó en precio en EEUU, tanto en gobiernos como en bonos corporativos y alta rentabilidad, mientras que los europeos obtuvieron caídas (gobiernos) o se mantuvieron igual en Europa (corporativos y alta rentabilidad). La renta fija emergente recuperó parte de las caídas anuales, subiendo un 1,33% en el mes. El oro ha repuntado desde mínimos del año un 3,60% y se sitúa de nuevo en niveles cercanos al 1.800 USD/onza, aunque todavía lejos del inicio del año. El USD cae un 2,40% en el mes (YTD +1,5%).
Momento de mercado en el que las perspectivas de inversión deberían de ser prudentes. Si bien las previsiones de mejora de la actividad económica se han hecho efectivas, sobre todo en EEUU, todavía estamos por ver la realidad de esa mejora. Los bancos centrales siguen apoyando a las economías y las condiciones de mercado favorables, aunque es importante la selección de activos y la diversificación en las inversiones. Es fundamental la gestión activa y flexible de la cartera, no es momento para invertir en beta, es decir, en gestión pasiva. Las buenas noticias, que apoyan la recuperación son:
- EEUU ha alcanzado en abril un nivel prácticamente de inmunidad total del 60% de la población y se espera que en julio el 98% de los estadounidenses estén vacunados. Reino Unido lleva un calendario parecido, y Europa continental va retrasada algunos meses respecto a EEUU y UK.
- La aprobación de la ley de rescate estadounidense (ARP) de 1,9 billones de USD. Adicionalmente, la administración Biden ha propuesto invertir varios billones de USD en infraestructuras, sanidad y educación.
- La Reserva Federal, pese al repunte de la inflación que hubiera justificado una subida de tipos de interés en EEUU, ha mantenido su postura expansiva tras la reunión de marzo. Esta posición retrasa la posible subida de tipos de interés y mantiene, de momento hasta el año que viene, la recompra de activos. Es posible que el Banco de Inglaterra también recorte el volumen de recompra de activo, para reducir el impacto de subidas de precio del dinero en los activos, y retrase la subida de tipos.
En el último dato publicado, la inflación subyacente en EEUU repuntó a 2,3%, por encima el objetivo de la Fed. Aun así, no se espera que la inflación crezca, de momento, de forma sostenida: por un lado, el mayor gasto gracias a las políticas fiscales expansivas debería desaparecer, a la vez que se esperan presiones desinflacionarias por el éxodo de alquileres urbanos y el esperado control de precios de los medicamentos.
Las perspectivas de inversión descritas anteriormente apoyan la renta variable. No obstante, las valoraciones son actualmente muy exigentes y el hecho de que cesen las políticas fiscales en EEUU y se priorice el gasto en infraestructura y el incremento de impuestos, podría suponer la caída de beneficios corporativos. Lo que ya es un hecho es la rotación de sectores de crecimiento a sectores de valor y a pequeñas y medianas empresas, representadas en el índice Russell 2000. En las carteras, este movimiento se anticipó con la compra del fondo Legg Mason US Small Cap Opp, que lleva una rentabilidad anual del 25,57%, muy superior a la del Russell 2000 (14,77%) y el S&P500 y el Nasdaq (11,32% y 8,34%, respectivamente). En cuanto a la renta fija, aún con el repunte de inflación, la subida de las TIR (rentabilidad) por las buenas perspectivas económicas ha mantenido los diferenciales de crédito ajustados. Seguimos pensando que es mejor estar invertido en duraciones cortas y no expuestos ni a alta rentabilidad ni a corporativos, ya que el recorrido al alza es limitado.