El Manual de Inversiones o IPS

Sin duda, el primer paso en el proceso de invertir una cartera financiera es responder a la siguiente pregunta: ¿para qué invierto?

Si las decisiones de inversión se toman pensando en incrementar el patrimonio lo antes posible, observando el movimiento reciente de los mercados financieros, es muy posible que los resultados frustren las expectativas del inversor. Por el contrario, todas las decisiones deben estar encaminadas al cumplimiento de unos objetivos de inversión que se habrán definido previamente de manera explícita, clara y concreta.

Los objetivos de inversión, junto al resto de información relevante, estarán recogidos en un documento denominado Investment Policy Statement (IPS), un manual de inversión a medida que define los principios y procedimientos que dirigirán la gestión del patrimonio. Un buen IPS evita denominaciones subjetivas o mal definidas mediante la definición de los aspectos clave del diseño de la cartera y su implementación. El IPS explica las características del inversor, define objetivos específicos a corto y largo plazo, convierte términos como “seguridad”, “horizonte de inversión» o “diversificación” en medidas cuantificables, establece la estrategia a seguir para alcanzar esos objetivos y pone en marcha un sistema de monitorización y seguimiento de los resultados.

El IPS puede asegurar que una cartera no tenga objetivos contradictorios de partida, y más importante, y con mayor efecto en los retornos a largo plazo, la adherencia a los procedimientos definidos evita reaccionar a la volatilidad del mercado de manera equivocada. En definitiva, un buen IPS separa al inversor amateur de uno profesional.

Una de las principales decisiones a adoptar se refiere al perfil de riesgo de la cartera. El coste de la rentabilidad es el riesgo: retornos altos de la inversión vienen acompañados de mayor riesgo, y a mayor riesgo, mayor es el nivel de incertidumbre en relación a los retornos futuros. Otra manera de entender el riesgo de una inversión es tratarlo como la probabilidad de que no se alcancen los objetivos mínimos, es el llamado “shortfall risk” o riesgo de caída. Es particularmente importante distinguir entre el retorno deseado y el requerido: una alternativa de inversión sólo es aceptable cuando el retorno esperado de su cartera es suficiente y el riesgo de caída está dentro de los límites de la prudencia.

El IPS también establece los procedimientos para monitorizar y analizar la evolución de la cartera. Las principales cuestiones que deben contestarse en el análisis del performance de una cartera son las siguientes:
· ¿Ha conseguido el inversor sus objetivos?
· Si no lo ha conseguido, dónde nos hemos equivocado y, más importante, ¿qué acciones se van a emprender?
· ¿Qué resultados, ajustado por riesgo, ha obtenido cada uno de los gestores?
· ¿Han respetado todos los gestores su política de inversión?

Además, en el IPS debemos incluir un apartado que identifique quién evalúa, cómo se evalúa, y especificar marcos temporales. Es importante establecer:
· La frecuencia y formato de las evaluaciones (seguimiento de cartera al menos trimestral)
· Los formatos de seguimiento, y de aviso a los gestores si las cosas no van bien
· el performance absoluto, y performance relativo (benchmark o grupo de gestores)
· “Attribution Analysis” y “Contribution Analysis”
· Estándares de reporting
· Análisis de costes

Estas y muchas otras preguntas son las que deben ser formuladas y contestadas de forma consistente. En todo caso, el contenido y alcance del IPS depende de las características y necesidades de cada inversor y, como él, evolucionará con el tiempo.

Selección de las entidades depositarias: servicio y coste
Estrategia de inversión 2019